Esta leyenda sucedió en los años 40 en Paracho, Michoacán. Se dice que vivía un señor llamado Antonio Castañeda el cual
era conocido como "Don Antonio Piririto" según la información dada,
este señor practicaba la magia negra.
Tenía una pequeña casa la cual se ubicaba donde ahora es el
mercado municipal.
Como toda gente, falleció, aunque su velorio no fue lo más
normal que hubo.
Ya eran las doce de la noche y toda la gente estaba en casa
de Don Antonio acompañando a su difunto cuerpo, esa noche había un fuerte aire
y las ramas de los árboles se pegaban una y otra vez, el silencio y la
obscuridad reinaron en aquel escalofriante velorio ya que antes no se contaba
con electricidad.
En medio velorio escucharon como una manada de perros
ladraban y se acercaban a la puerta de la casa, la gente asustada comenzó a
rezar y después de varios minutos se vio una sombra en la obscuridad, entro un
perro de color negro, era aterrador y muy grande, dentro de la casa comenzó a
maullar y asustando a la gente comenzó a correr alrededor de la caja del
muerto, así tirando las velas que iluminaban aquella noche. Después de varios
segundos empezó un silencio total hasta que uno de los vecinos corrió por unas
velas, al prenderlas cual fue la sorpresa de los acompañantes, el cuerpo de don
Antonio ya no estaba en el ataúd.
Desde entonces la leyenda de Don Antonio piririto, ha
perdurado en el pueblo de Paracho.
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