viernes, 25 de enero de 2019

EL DERECHO DE APRENDER ...

"EL DERECHO DE APRENDER "



Todos los que participamos en el mundo educativo nos hemos preguntado alguna vez y hemos soñado en el modelo de escuela que nos gustaría que construyese la sociedad del futuro. Inmersos en una polémica reforma educativa, carente de consensos, y que dibuja en el horizonte dinámicas excluyentes y segregadoras, esta pregunta cobra una especial relevancia en la medida en que surgen serias dudas acerca de si la escuela, desde estos principios y a partir de estas medidas, educará a todos los niños y niñas de manera efectiva a partir de sus aptitudes y barreras para aprender, es decir, si todos tendrán la oportunidad de adquirir las competencias que le ayudarán a mejorar  y contribuir como ciudadanos a la sociedad actual.
Con frecuencia en diversos foros he manifestado mi preocupación sobre los derroteros por los que, habitualmente, transcurre el debate educativo y formativo en nuestro país, con marcados tintes ideológicos y políticos, pero olvidando aspectos claves como el aprendizaje. El aprendizaje de todos debe constituir el corazón de las instituciones educativas y de los sistemas formativos, si este se ve relegado a un segundo plano los sistemas educativos y formativos entrarían en una dinámica de autoreferencialidad, olvidando que su razón de ser está en las personas que en ellos se educan o forman, creando estructuras o estándares  que no tienen en cuenta que el aprendizaje es un proceso, que acontece en un contexto espacio temporal determinado, y que no todos aprendemos del mismo modo ni al mismo tiempo o, y esto es grave, comienzan a ser una herramienta de control y estatificación social al servicio de un modelo económico imperante, que no contempla al ciudadano como un fin sino como un medio.
Ante estas cuestiones, desde mi punto de vista muy importantes, quiero recoger las aportaciones de Linda Darling-Hammond, catedrática de Educación de la Universidad de Stanford, ya que nos puede ayudar a objetivar  ese sueño de construir una escuela para todos, al sevicio del aprendizaje.
Releyendo en estos días la obra de Linda Darling-Hammond “El derecho de aprender. Crear buenas escuelas para todos“, en la que realiza una propuesta de cómo mejorar las escuelas individuales y el sistema educativo en general, me han sorprendido, una vez más, sus propuestas centradas en el aprendizaje y en el acceso de todos a él como un derecho en  una cultura democrática.
En el prólogo de esta obra la profesora recoge un texto del New Compact for Learning (Un nuevo pacto por el aprendizaje) preparado en 1992 por el Consejo del Estado de Nueva York para el Curriculum y la Evaluación, con el que ella trabajó, en el que se esboza una visión anticipada de la escuela del siglo XXI.


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